En el marco de los festejos por los 100 años del Bar de Cao en San Cristóbal (Avda. Independencia 2400, esquina Matheu), el Grupo Organizador de Croquiseros Urbanos (www.croquiserosurbanos-bsas.blogspot.com.ar) invitó a dibujar al bar y al barrio según un relevamiento realizado por ellos con 128 puntos de interés, muchos de ellos verdaderos hallazgos arquitectónicos, como los edificios de Mario Roberto Álvarez, Oscar Macedonio Ruiz y Virgilio Colombo. Para compartir la experiencia, el sábado 27 de junio a las 17 se realizó un encuentro de Croquiseros Urbanos dentro del Bar de Cao, en el que se expusieron todos los trabajos realizados para compartir y comentar con el público presente.
13 de Noviembre de 2010, La Boca: un homenaje a Benito Quinquela Martín. Así empiezan formalmente los Croquiseros Urbanos, como un grupo de amigos con pasiones en común: el dibujo, la arquitectura, Buenos Aires. Coco Rasdolsky, Roberto Frangella y Luciano Di Maio corrieron la voz y a las pocas salidas superaban la decena de participantes. Desde entonces, un sábado al mes la cita es obligada: durante dos horas y media, un promedio de 50 croquiseros (en su mayoría arquitectos, pero también diseñadores, artistas plásticos, psicólogos, filósofos, escritores) se dispersa alrededor del punto de encuentro para luego reencontrarse con sus hojas, blocks, cuadernos e incluso tablets llenas de escenas, gestos, formas, colores. El pic-nic, la charla y la chanza, como dicen ellos, cierra cada una de esas tardes para el recuerdo.
Los Croquiseros Urbanos han sido invitados a exponer sus dibujos y dar charlas en Buenos Aires (MARQ, Biblioteca Nacional, FADU), el interior del país (MUMBAT de Tandil, Casa Curutchet de La Plata, Facultad de Arquitectura de San Miguel de Tucumán, Asociación Amigos Casa sobre el Arroyo en Mar del Plata) y el exterior (Facultad de Arquitectura de la Universidad de Montevideo, Colegio de Arquitectos de Tarragona, Departamento de Proyectos de Arquitectura y Urbanismo de la Oficina del Historiador de la Habana). También fueron convocados para dibujar el Palacio Barolo, las antiguas instalaciones de la fábrica SIAM y en la Noche de los Museos. Su iniciativa ha inspirado la creación de activos grupos de croquiseros en Montevideo, La Plata, Paraná y San Juan.
El 16 de mayo los Croquiseros celebraron su salida número 50 en Puerto Madero Norte, uno de esos paseos que llaman “polvo de estrellas”. Pero también están los otros: destinos, barrios y espacios más inéditos, poco frecuentados, geográficamente marginales. Entre los de mayor impacto entre el público destacan la visita a San Vicente de Paul, el minúsculo barrio de una manzana en Nueva Pompeya (Salida Nº 48) o el encuentro en el barrio Guillermo Rawson de Agronomía (Salida Nº 6), en el que conocieron al nieto de Héctor Oesterheld y la casa de Julio Cortázar. Los integrantes del Grupo Organizador coinciden en que las experiencias de dibujo más conmovedoras las encontraron en los ensayos generales del Teatro Colón y el armado del cartel con los 85 nombres de las víctimas de la AMIA, en ocasión del vigésimo aniversario del atentado.
Mónica Lacoste definió el quehacer (también oficio, también hobby) croquisero con una comparación colorida, como cada uno de sus trazos: “La habilidad de un croquisero es como la de un equilibrista de circo”. Sentados en endebles banquitos plegables, tirados sobre el piso, apoyados en una pared, aguantando las cuclillas o dibujando con poca luz, los croquiseros traman y tensan la soga (el relato, el croquis) que une a las ciudades con la imaginación arquitectónica, aunque sus dibujos resultan ser ejemplares más sorprendentes que sus originales. Destilan pasión, humor, talento, camaradería, generosidad. Descubren una Buenos Aires que pocos conocen, pero no se la quedan para ellos mismos: la comparten, la hacen más grande…la multiplican.